Abelardo Oviedo
Ningún estudioso señala de manera equívoca cuándo surgió el doping. Pero tanto para el estudiante de la enseñanza primaria como para el astronauta, esa palabra es sinónimo de mal proceder. Sin embargo, permanece en el ámbito deportivo por causa de la inescrupulosa actitud de quienes buscan una vía de lucro.
Pero especialistas de la comunidad científica mundial, como el doctor cubano Mario Granda, siguen muy atentos para descubrir a los estafadores.
La pasada temporada preolímpica estuvo muy caliente, no solo por los altos rendimientos, sino porque se produjeron escándalos que conmovieron a la opinión pública. ¿Algún comentario sobre cuáles han sido para usted los casos más impactantes de dopaje en los últimos tiempos?
“La confesión de Marion Jones, después de siete años de sospecha, provocó la pérdida de sus cinco medallas de los Juegos Olímpicos de Sydney.
“El informe Mitchell puso al descubierto el uso de esteroides anabólicos y otras sustancias que mejoran el rendimiento en no menos de 85 jugadores profesionales de béisbol de los Estados Unidos entre los que se señalan a Barry Bonds, Jason Giambi y Roger Clemens, entre otros; el documento refiere una cultura de dopaje en las Grandes Ligas, debido a un mercado que exige nuevas marcas y de una maquinaria deportiva que factura cientos de millones de dólares a costa de violar leyes y la política del deporte”.
El debate contra el doping es, para algunos, como introducirse en un túnel sin luz ni final. ¿Sobre qué aspectos deben trabajarse para erradicarlo?
“A todo lo anterior añadiríamos la necesidad del cumplimiento de los programas nacionales antidopajes haciendo énfasis en los controles fuera de competencia. En ello nuestro país es un ejemplo y lo demuestran las 8 mil 704 pruebas realizadas por la brigada nacional antidopaje del Comité Olímpico Cubano del 2001 al 2007 en las que el 65 % se hicieron fuera de competencia, todas analizadas por nuestro Laboratorio Antidoping.
“Si a esto se le suman las muestras de competencias internacionales en Cuba, o en el extranjero, también examinadas por nuestro Laboratorio, computábamos al cierre del 2007 un total de 11 mil 876 muestras investigadas. Esa labor reafirma el trabajo satisfactorio de la Brigada Nacional Antidopaje y el Laboratorio”.
A propósito, en ocasiones se examinan reiteradamente a deportistas durante la temporada. ¿Existe una metodología para la realización del control antidopaje o se realiza de forma casuística?
“El principio es que todo atleta es elegible y los controles transitan por los siguientes pasos: selección, notificación, presentación en el centro de control antidopaje, selección del recipiente de toma muestra, toma de la muestra, volumen de orina (mínimo 75 ml), selección del estuche de toma muestra, división de la muestra (primero muestra B luego A), precintado de la muestra, medición densidad relativa y/o PH, llenado del formulario control antidopaje (medicamentos tomados en los últimos siete días) y traslado de la muestra al laboratorio.
“Si un atleta se rehúsa o no se presenta dentro de la primera hora de la notificación, o abandona al escolta, se considera como un control positivo.
“Siempre que se detecte una sustancia o un método prohibido en su muestra biológica, sea intencionado o no, negligente o culposo, los atletas son los máximos responsables”.
Se habla de un dopaje involuntario. ¿Esto es obra de la imaginación, o lo confirma la realidad como sucede con la ciencia?
Los deportistas pueden ser víctimas de cualquier padecimiento. ¿Cómo se le administran los medicamentos que necesitan, si estos estuvieran dentro de los prohibidos?
“Claro, para ello es necesario que se cumplan tres aspectos: sufrir problemas serios de salud si no toman la sustancia; que el uso de la sustancia no mejore considerablemente el rendimiento deportivo; la inexistencia de una terapéutica alternativa razonable para remplazar la sustancia o método prohibido.
“La autorización de uso por excepción terapéutica debe ser aprobada por la federación internacional correspondiente y no es válida para Juegos Olímpicos. Para los Juegos Estivales la certificación la hace la Comisión Médica del COI y solo es válida para la máxima fiesta deportiva cuatrienal.”
La salud humana está comprometida sobremanera por utilizar sustancias estimulantes. ¿Puede ofrecer una síntesis de cuáles son los efectos adversos de ellas y los métodos prohibidos más usados?
“La eritropoyetina (EPO) da reacciones como aumento de la viscosidad en la sangre y formación de coágulos, taquicardia, reacciones hipertensivas, accidentes tromboembólicos.
“La hormona de crecimiento (hGH) provoca gigantismo, deformaciones (pies grandes y manos) mandíbula salientes, diabetes, problemas cardiacos, hipertiroidismo.
“Los beta 2 agonistas (formoterol, salbutamol salmeterol y terbutalina) presentan como reacciones secundarias la hipocalcemia, arritmias, hipertensión arterial, aumento producción de lactato, insomnio, migraña.
“Los diuréticos (furosemida, hidroclorotiazida, clortalidona, espirinolactona, bumetamida, amiloride) ocasionan calambres, disminución de electrolitos deshidratación, golpe de calor, taquicardias, arritmias, y disminución de la fuerza y resistencia muscular.
“Los agentes enmascarantes (epitestosterona, probenecid, finasteride, albumina, dextran, hidroximetilalmidón) provocan nauseas, cefalea, poliuria, erupción cutánea, fiebre medicamentosa, reacciones anafilactoides, necrosis hepática, síndrome nefrótico reversible.
“Los estimulantes (anfetaminas cocaína, efedrinas, pemolina) provocan la pérdida anormal de peso, insomnio, trastorno del habla, lesión renal, ataques cardiacos y cerebral, agresividad, irritabilidad, alucinaciones, temor, delirio, palpitaciones, vómitos, inquietud, disminución del apetito, convulsiones, psicosis, aumento de la frecuencia cardiaca, colapso cardiovascular, hemorragia cerebral y muerte.
“Los narcóticos (buprenorfina, morfina, petidina, heroína) generan dependencia, sueño, ansiedad, miedo, fatiga, somnolencia, mareos, vómitos, depresión respiratoria, muerte.
“El doping sanguíneo presenta reacciones inmunológicas, transmisión de enfermedades contagiosas como la hepatitis, VIH SIDA, trombosis e insuficiencia cardiaca.
“El efecto de la marihuana genera el aumento de la frecuencia cardiaca, ojos enrojecidos, boca y garganta seca, pérdida memoria, distorsión del tiempo, disminución de la capacidad de concentración y coordinación del pensamiento y de la comprensión de la lectura”.
Está en el ambiente el doping genético y también el provocado por una hormona de crecimiento. ¿Existirían nuevos test de detección en los Juegos Estivales de Beijing?
“Sin ninguna duda, en los Juegos Olímpicos de Beijing habrá un control estricto. Se realizarán cerca de 4 mil 500 controles. En Atenas fueron 3 mil 667. Es decir, casi un millar más y con énfasis en los controles antes de la competición, que resultarían determinantes. De ellos, aproximadamente 800 serían urinarios para detectar la EPO; y 900 sanguíneos entre los que se incluye las hemoglobinas de síntesis y la hormona de crecimiento.
“Si existiera una nueva sustancia no detectable todavía, la conservación de las muestras está destinada a facilitar el descubrimiento retrospectivo de ella; y ese examen se validaría después de la competición olímpica".
¿Considera usted posible que allí compitan atletas con doping genético y que no sean divisados?
“Se han realizado modificaciones genéticas capaces de sintetizar hormonas de forma permanente y generar masa muscular donde se precise; existen investigaciones médicas encaminadas a lograr una mutación genética que estimule el crecimiento muscular para la distrofia muscular o el deterioro muscular, común en pacientes de edad avanzada u otros que padecen cáncer y sida. Aún me parece lejana la utilización en el ámbito deportivo. Es posible que suceda, pero ello está bastante distante.
“No obstante, las muestras de todos los medallistas serán conservadas por ocho años; y ello permitirán a los Laboratorios Antidopajes establecer técnicas de detección, pues el dopaje genético deja “huellas” las cuales llevarán nuevamente a los tramposos contra las cuerdas.
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