Foto: FIVB
El desgaste sufrido en la ronda preliminar pasa factura a la selección de Cuba, especialmente a los jugadores de la alineación titular, en la final de la
XXII Liga Mundial de Voleibol (LMV). En la primera fecha, los alumnos de Orlando Samuels enfrentaron a Brasil; y el esfuerzo realizado en los cinco sets que duró el cotejo, minimizó la potencia para medirse con Rusia, el segundo adversario, que los superó 3-0 (25x20, 25x20, 25x20).El inhabitual nivel a la ofensiva de los cubanos sorprendió, imagino, a los analistas y observadores presentes en la sala Ergo de la ciudad polaca de Gdansk. Porque en reiteradas ocasiones los subcampeones mundiales mostraron debilidad, o falta de precisión, en ese sector del juego que identifica al voleibol cubano en cualquier latitud del planeta.
Los alumnos de Vladimir Alekno, sublíderes en la pasada versión de la cita anual, trabajaron con bastante acierto. Los gigantones desafiaron reiteradamente a los antillanos mediante su alto y calificado bloqueo. Asimismo mantuvieron un estable ritmo para salvaguardar su espacio y aprovecharon casi todos los errores de nuestros representantes.
Tras finalizar el juego el técnico Orlando Samuels puntualizó: “El juego fue muy duro para nosotros. Estamos un poco cansados luego de efectuar 12 consecutivos en siete semanas. Siempre es difícil enfrentar a Rusia, porque su bloqueo es muy alto y son físicamente muy fuertes. Es uno de los mejores y enérgicos equipos del mundo.”
Vladimir Alenko sentenció: “Mis jugadores cumplieron no solo tácticamente, sino también estratégicamente. Asistieron a la cancha pensando como los ganadores. Tenemos razones para estar contentos.”
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