viernes, 14 de agosto de 2009

A golpe de Corazón

Abelardo Oviedo
Foto Cortesía de la FIVB

Algunos expertos aseguran que un seleccionado pertenece al grupo de los grandes cuando sus victorias son sostenidas. Para otros, no solo cuenta el éxito, sino las demostraciones ante los adversarios de mayor nivel. Cualquiera de las dos apreciaciones es válida para incluir en el “selecto clan” al elenco criollo que interviene en la vigésima edición de la Liga Mundial (LMV).

En contadas ocasiones un seleccionado con promedio de edad de 20 años, ha podido destrozar los libretos de rivales con mayor oficio y participación internacional. El sendero conformado por los caribeños en la ronda preliminar resulta encomiable, porque a golpe de corazón y talento fueron capaces de traspasar los tamices interpuestos por Rusia, Bulgaria y Japón.

Ellos demostraron, en escenario propio y ajeno, que poseen las capacidades físicas y psíquicas para sobresalir en las próximas ediciones del clásico liguero, así como en otras lides programadas para el presente cuatrienio, incluido los Juegos Olímpicos de Londres, Reino Unido (2012).
Como visitantes, los muchachos exhibieron bastante coherencia para ejecutar la ofensiva y los contraataques. Además, lograron estabilidad en el bloqueo y alcanzaron positivas defensas de campo.
A la sazón, las dos victorias sobre los búlgaros y la división de honores ante los rusos colocaron a la tropa comandada por Orlando Samuels en inmejorable situación de cara al periplo que inició en Japón, el otro integrante de la llave C, y que después tuvo paradas sucesivas en la siberiana Khabarovsk (Rusia) y en la búlgara Varna.

En su visita a la tierra del sol naciente mostraron tener nervios de acero cuando lograron dos contundentes victorias en tres parciales. Después dividieron honores con Rusia (2-3 y 3-0) y cayeron dos veces ante Bulgaria (2-3 y 3-0). A propósito, el equilibrio ante la formación rusa, medallista de bronce en la cita estival celebrada en Beijing, República Popular China (2008), representa un poderoso incentivo para los muchachos en sus aspiraciones futuras.

En la capitalina Ciudad Deportiva los europeos enseñaron cierto cansancio y, por lo tanto, algo descoordinados, después de concluir su participación en las extensas ligas del viejo continente, pero allá en cancha contraria primero perdieron en cinco parciales —los árbitros influyeron en la decisión del encuentro—, pero se recuperaron y aplastaron literalmente a los renombrados adversarios.

Resulta válido acotar que jugar fuera de casa presupone una incógnita cuando se trata de jugadores noveles, porque suelen mostrar diferentes estados emocionales, sin embargo, los muchachos se sobrepusieron a la presión y consiguieron el ansiado boleto a la gran final, prevista en la ciudad serbia de Belgrado entre el 22 y el 26 de julio.
Los directivos de la federación nacional nunca anunciaron que la meta era acceder a la final, sino conformar, poco a poco, un equipo cuyos integrantes tuvieran las habilidades necesarias para sobresalir en el torneo clasificatorio hacia la justa olímpica de Londres 2012. Quizás fueron cautelosos…, y ahora, la inclusión del conjunto en el selecto grupo de la LMV de seguro modificará el proyecto de los estrategas.

La última asistencia de Cuba a una final liguera fue precisamente en Belgrado (2005); entonces, la mayor de las Antillas alcanzó la presea de bronce. Por la eficacia enseñada en el segmento eliminatorio, dígase en ataque, defensa, recibo, servicio y pase, no sería quimérico pensar que nuestro representativo llegue al podio de premiaciones, tal y como hiciera hace cuatro años.
Todo dependerá de la capacidad de los jugadores de aguantar durante un período relativamente largo la presión a la que serán sometidos en Belgrado, toda vez que deberán contender varias veces en una semana contra escuadras de primer nivel.


Hasta la fecha dos de los otros cinco campeones del certamen tenían opciones de jugar en la cancha vecina del río Danubio, nombrada ARena Belgrado: Estados Unidos y Brasil, por ser los primeros de sus llaves. Igual mantenían sus aspiraciones Italia, Holanda y Rusia, pues podían convertirse en el mejor segundo lugar de la competencia.

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