miércoles, 27 de agosto de 2008

Yarelis, la retadora


Abelardo Oviedo
Foto Ricardo López Hevia

Luego de haber quedado relegada al tercer escaño en la competencia del orbe en Osaka, Japón la discóbola cubana Yarelis Barrios dijo desafiante: “Ya nos veremos en Beijing”. Con esa lapidaria advertencia la mejor novata del 2007 en la nación caribeña anunció sus intenciones de contraataque para los XXIX Juegos Olímpicos, en China.
Por supuesto, aquella frase fue objeto de polémicas entre los analistas que estuvieron presentes el día del desenlace. En muy contadas ocasiones una competidora se atreve a predecir su futuro. Raúl Calderón, su director técnico, estaba en Cuba y, por lo tanto, incapacitado de persuadirla. Cuando se enteró, dijo: “Ella quiere desquitarse en Beijing y yo soy el responsable de que lo consiga. A lo hecho hay que ponerle el pecho”.
“Nunca me impulsó la inmodestia –aclara Yarelis-, sólo quería advertir a mis contrincantes que, a pese a tener menos edad, llegaría a estar en óptimas condiciones para desafiarlas, y que pasarían al olvido las fallas técnicas de Osaka”.
La morena pinareña de 85 kilogramos de peso y casi 1,78 metros de talla, recuerda como si fuera hoy aquella adversa lid del orbe. Franka Dietzsch, de Alemania, y Daría Pishchalnikova, de Rusia, la aventajaron por tener mayor experiencia competitiva.
Pero un año después Yarelis confirmó su vaticinio al adueñarse del subtítulo de la máxima fiesta deportiva cuatrienal con 63,64 metros y convertirse, de paso, en la atleta de mayor progresión de la especialidad en el planeta.

El desquite
Como es debido, atleta y entrenador estuvieron juntos en el escenario de China para la ratificación de aquella declaración hecha en el estadio de Nagai. La situación fue tan álgida como en la localidad nipona, porque con un disparo de 64,74 metros la nueva campeona Stephanie Brown-Trafton, de los Estados Unidos, desconcentró a casi todas las oponentes.
Entonces, desde las gradas, Calderón sugirió paciencia a la muchacha, pues solo con esa conducta podía cumplir su objetivo. Ella le obedeció al pie de la letra y obtuvo una estable frecuencia de lanzamientos: 63,17, 63,64, 62,22, 62,12, falta, 60,30 metros.
“El torneo de los Juegos Olímpicos es muy difícil y hay que indicar tácticas eficientes. Es lógico que un gran lanzamiento al principio de la competencia desconcentre a las aletas, y ellas busquen acortar la distancia. Esa premura casi siempre provoca un efecto negativo en la técnica y, por tanto, resultados inferiores a los planificados. Por eso le pedí que estuviera tranquila y repasara los movimientos antes de asistir al círculo. Quizás su desplazamiento fue menos rápido en algunos disparos y por eso el disco no avanzó lo esperado”, precisó el estratega Raúl Calderón.
Por supuesto, Yarelis regresó inconforme con su actuación: “Fui por el título y obtuve la medalla de plata. No tengo aún motivos para olvidar mi meta de ser la primera de la especialidad”.
El pase usted
El Doctor en Ciencias Pedagógicas Abelardo Pacheco, uno de los analistas del deporte rey en Cuba, fue consultado sobre la postura de la Yarelis: “No soy un sabelotodo, porque siempre se puede aprender algo más. Pero el análisis estadístico desde varios perfiles me permite emitir vaticinios cercanos a la realidad competitiva. Y creo que tendremos una medallista con buen rendimiento. Ella se crece en las competencias y eso válido para alcanzar un buen resultado”.
A la pinareña —me enteré— la denominan de una forma asociada con San Luis, la región de Vueltabajo de donde procede: “Yarelis, hecha de buen yarey.”
Sin embargo, la séptima mejor atleta de Centroamérica y del Caribe en el 2007, brillaba escasamente en el deporte rey del país. Tras la campaña del 2000 creció en progresión geométrica. Impuso su dominio en importantes competencias de la pasada campaña. Y en Río de Janeiro, sede de la pasada fiesta deportiva continental (61,72), se convirtió en la primera cubana en liderar ese clásico en el presente siglo.
En Kabul —escenario de Universiada Mundial— aumentó la calificación de su historial (61,36), pues fue la segunda criolla que gana un debate de esa naturaleza. Maritza Marten es la primera, por su éxito en la cita de Kobe, Japón, en 1985.
Pocas exponentes de su especialidad logran resultados tan estables en una temporada preolímpica.

Atenta a otro consejo
Antes de iniciar su participación en la temporada olímpica, Yarelis conversaba con Luis Mariano Delís, el discóbolo de mayor realce de todos los tiempos en el país. El excepcional le recomendaba analizar qué tipo de descanso sería mejor realizar en vísperas de la competencia: “Aunque no lo creas, ese período también es vital para que el disco camine al día siguiente. A mi me gustaría que hicieras pocos ejercicios con pesas y, después, lograr la mayor relajación posible. Si quieres juega dominó, damas, parchis, ajedrez…cualquier juego para distraerte”.
El consejo del medallista de bronce en Moscú, 1980, le resultó oportuno: ponerlo en práctica le ayudó a transitar desde temprano su camino hacia el podio más cotizado en el deporte.
Abrió con 62 metros en una de las confrontaciones en Cuba. En el circuito brasileño confirmó su relevancia al lanzar el implemento de un kilogramo de peso a 63,64 metros.
En las lides europeas de preparación su promedio de lanzamiento fue creciendo paulatinamente. El 26 de julio concurrió a una lid en la ciudad portuguesa de Leiria y se adjudicó su mejor rendimiento personal al lanzar 66,13 metros. Así se posesionó de la cuarta mejor marca en la lista mundial de 2000 y se aproximó más al desempeño de la rusa Natalia Sadova (67,02), campeona en Atenas 2004, y al de Darya Pishchalnikova (Rusia-67,28 metros), la primera en el escalafón de la última campaña del cuatrienio.
De regreso a casa…
Tras las vacaciones, los máximos exponentes del atletismo en la mayor isla de las Antillas encontrarán un nuevo escenario, pues fue sustituida la pista del Estadio Panamericano y se remodelan algunas áreas del recinto que sirvió de escenario a los Juegos Continentales de 1991.
Sin embargo, será idéntico el panorama que encontrará el habitual visitante a la instalación ubicada en el este de la capital: cuerpos sudorosos…, respiraciones entrecortadas debido al esfuerzo…, rostros marcados por el rigor del entrenamiento.
Ese paisaje deportivo revelará otra vez la pasión con que los miembros de la preselección nacional buscarán la perfección; y de esa forma, obtener mejores actuaciones en las citas del circuito internacional.
También estará presente el buen humor en medio de la severa entrega, pues como es costumbre vendrán los motes de los coequiperos, ganados tras los buenos rendimientos en la capital de China. No se sabe cuál pondrán a Yarelis, pero no quedará ilesa. Siempre son víctimas de un apodo los que, como ella, desafían en las pasarelas del mundo.
Algunas glorias del deporte rememoran que en 1992 Cuba estremeció al mundo del deporte tras ubicarse en el quinto peldaño de los Juegos Olímpicos de Barcelona. Entre los momentos espectaculares e inolvidables acontecidos en la Ciudad Condal sobresalió la discóbola Maritza Martén. Ella rompió la hegemonía europea con 70,06 metros y, por primera vez, Latinoamérica accedió al escaño de privilegio en esa prueba.
Dieciséis años después una muchacha de 24 años — casi la misma edad de Martén entonces— reanima aquella huella.

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