jueves, 28 de agosto de 2008

Severas huellas sobre el óvalo de Beijing

Abelardo Oviedo
Fotos Cortesía de la IAAF

Un par de ciudades asiáticas, Osaka, Japón, y Beijing, China, fueron el epicentro del deporte rey en las dos temporadas del pasado ciclo deportivo, porque en ellas tuvieron lugar, respectivamente, el Campeonato Mundial (CM) y el torneo de los Juegos Olímpicos.
Y tanto en una como en la otra, afloraron nuevas para los seguidores de la disciplina, pues cambió el panorama en varios eventos de pista.
En la localidad japonesa las preguntas versaban acerca de cuántos líderes en los Juegos Olímpicos de Atenas, Grecia, ascenderían al podio de premiación en la liza del orbe. En la capital China se referían a la relevancia que obtendrían en el fabuloso estadio Nido de Pájaro los campeones en el archipiélago nipón.

En el estadio japonés Nagai, resurgieron los duelos entre los representantes de Estados Unidos y Jamaica. Hubo división de honores, porque vencieron Tyson Gay y Verónica Campbell sobresalieron en los 100 metros. En el doble hectómetro sucedió algo inesperado, pues los restantes competidores miraron la espalda de Gay.

El sprinter estadounidense brilló mucho más aún que sus colegas, pues logró igualar el quehacer de sus predecesores, Maurice Green y el tramposo Justin Gatlin, porque impuso un límite para la justa con 19,93 segundos. Gay ganó tres medallas pues cerró el relevo 4x100.

Ahora quedó relegado en la semifinal olímpica y el hombre noticia fue el jamaicano Usain Bolt, por causa de parar los relojes en 9,69 y 19, 30 segundos en esos eventos; y por integrar la posta corta que también suscribió una cota mundial con 37,10 segundos. Sin dudas, la presencia del joven caribeño confiere una nueva imagen a la prueba que no ha escapado al dopaje desde Seúl, en 1988. Allí triunfó el canadiense Ben Johnson.

Allyson Felix, líder en 200, también subió tres veces al podio de premiaciones en la lid planetaria, pues integró las dominantes cuartetas de Estados Unidos. Sin embargo, ahora quedó en el olvido en ambas distancias. La preponderante en el hectómetro fue la jamaicana Shelly Ann-Fraser (10,78) y fue escoltada por sus coequiperas Sherone Simpson y Kerron Stewart. En los 200, Veronica Campbell-Brown (21,78) entró primero a la meta que ella.

Estados Unidos sufrió un conteo de protección en los eventos más rápidos. Un error en el relevo femenino de 4x100 impidió que Jamaica completara la barrida total con seis oros en velocidad. Los caribeños consiguieron cinco, porque en la segunda entrega Sherone Simpson y Kerron Stewart no acertaron al pasarse el testigo.

Los norteamericanos recuperaron un poco de color por intermedio de las estafetas de 4x400. Los varones revalidaron el primer escaño con 2 min 55 seg. 39-Record; y las muchachas con 3 min 18 seg. 54., el mejor tiempo de la campaña. “Entregaron un balón de oxigeno a su asfixiado equipo”, dijeron varios analistas.

En un dramático final las británicas Christine Ohuruogu (49,61) y Nicola Sanders (49,69) dominaron la pugna de los 400 metros lisos en el CM y consiguieron sus mejores marcas personales; asimismo, transportaron a esa nación a la primera conquista de esa naturaleza en el clásico bienal.

Parecía que Ohuruogu desvanecería en los últimos metros de la carrera; pero la morena cuyo físico es un tanto inusual para correr ese tramo avanzó sin contratiempos hacia el cetro, y alcanzó un tiempo de 49,62 segundos.

En el sector masculino no hubo sorpresa en Japón, pero ahora resultó todo lo contrario. El estadounidense Jeremy Wariner ostentaba el calificativo de imbatible en la vuelta al óvalo, pero su coterráneo Leshawn Merrit (43,75) puso fin a su invicta prominencia internacional con 43, 75 segundos. Él, junto a Wariner y David Neville propiciaron un triple a su país.

La australiana Jana Rawlinson y el afro norteamericano Kerron Clement regalaron al mundo en Osaka otro manojo de luz en el debate de 400 con vallas. Eran favoritos para reeditar ese alcance pero todo quedó en pronósticos. Los podios de premiación fueron ocupados por Melaine Waslker (52,64-Record) y el norteamericano Angelo Taylor, 47,25 segundos.

Como nunca antes Juegos Estivales la cita de 110 metros con vallas produjo una manifiesta polaridad de los criterios a escala universal. Era lógico, pues el titular mundial Liu Xiang y el cubano Dayron Robles, subcampeón, tenían las mejores marcas del cuatrienio. El anfitrión abandonó por lesión y Robles, 12,93, triunfó sin objeciones. No obstante, queda pendiente duelo y se mantiene vigente la expectación por el enfrentamiento entre los dos colosos.

Michelle Perry (EUA-12.46), la dama sobresaliente en los 100 con obstáculos del CM, no fue la importante en Beijing. Su paisana Dawn Harper luce esa distinción tras obtener 12, 54 segundos.

Las miradas en la prueba de 800 metros estuvieron pendientes al quehacer de los campeones de los campeones del orbe Janeth Jepkosgei (1 min. 56 seg.04) y Alfred Kirwa Yego (1 min. 47 seg. 09). Esta vez las zancadas de esos kenyanos fue insuficiente, pero ese país africano mantuvo el glamour por intermedio de Pamela Jelimo (1min.54 seg. 87) y Wilfred Bungei, 1 min. 44 seg. 65.
El espectáculo africano en las pruebas de largo aliento volvió a repetirse y, sospecho, que hasta el más escéptico analista no descarte su presencia en los próximos eventos de alto relieve. Kenenisa Bekele fue el más encumbrado de la armada del llamado Continente Negro.

El etíope extremo todas las medidas para anexarse un doble. Dejó a su esposa en su casa para evitar distracciones: "Esta competición es difícil. Debo concentrarme en la carrera. Si hubiese venido seguramente hubiera querido que la visitara. Tendría que haberle dedicado tiempo", dijo a Reuters.

En los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 llegó con el objetivo de conseguir el doblete ganando los 5.000 y 10.000 metros, algo que nadie había hecho desde Lasse Viren en 1976. Bekele empezó de forma brillante ganando la medalla de oro en 10.000 metros con 27.05.10, por delante de su compatriota Sihine (plata) y del eritreo Zersenay Tadesse (bronce).

Sin embargo en la prueba de 5000 metros, donde tuvo lugar uno de los enfrentamientos con más expectación de los juegos, Bekele no pudo vencer al marroquí Hicham El Guerrouj, que también iba en busca de un doblete, en 1.500 y 5.000 metros que finalmente consiguió. Bekele no pudo despegarse de El Guerrouj durante el transcurso de la carrera, y este, mucho más rápido al final, acabó imponiéndose en el sprint con un tiempo de 13.14.39, mientras Bekele tuvo que conformarse con la plata. Esta vez el campeón mundial sí consiguió su postergado objetivo y añadió a su dossier, de paso, dos plusmarcas 12:57.82 en cinco mil y 27:01.17 en diez mil. 27 min. 01 seg. 17.

Mientras, lo imitaba su compatriota Tirunesh Dibaba en 5 mil y 10 mil con, respectivamente, 15 min. 41 seg. 40 y 29 min. 54 seg. 66-record para convertirse en la primera mujer que alcanza ese tipo de alcance en el escenario olímpico. Cedieron los campeones del orbe Meseret Defar (ETH) y Bernard Lagart (EUA).
En mil 500 también se produjo una permuta. Rashid Ramzi (BRN-3 min. 32 seg. 94) y Nancy Jebet Lagat (KEN- 4 min. 00. seg 23) tampoco permitieron opciones a los europeos en los mil 500. En Osaka triunfaron Bernard Lagat (EUA-3 min. 34 seg.77) y Maryam Yusuf Jamal (BRN- 3 min. 58seg.75).

En los 3 mil con obstáculos sucedió algo similar a lo acontecido en la maratón. El kenyano Brimin Kiprop Kipruto (8 mi. 10 seg. 34) revalidó su condición de líder; y la rusa Gulnara Samitova (8 min. 58 seg. 81.-Record mundial) tomo el trono de la vencedora en el CM, su coequipera Yekaterina Volkova.

Solo ocho campeones del último mano a mano del planeta revalidaron su hegemonía en el óvalo la localidad asiática. Varios de ellos rubricaron uno de los nueve límites para el encuentro cuatrienal y alguno de los cuatro de carácter universal surgido en medio de la incesante brega.

Durante la venidera temporada serán muy seguidas las actuaciones de Bolt, la posta corta de Jamaica, la estafeta larga de Estados Unidos, clasificación masculina; Walker, Bekele, Dibaba y Samitova, pues en el campeonato mundial que acogerá Alemania la porfía será muy espinosa. En blanco y negro, para decirlo de otra manera. Y prevalecer requerirá otra vez a encomiables arrestos.

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