miércoles, 21 de mayo de 2008

Frank en vivo repaso


Abelardo Oviedo
Foto Angel Yu

En el verano del 2007 el taekwondoca Frank Ismel González cautivó la atención de los televidentes de la Isla, por causa de su actuación en los Juegos Deportivos Panamericanos de Río de Janeiro, Brasil. Aquella actuación en territorio sudamericano le proporcionó otro rostro ante la afición nacional, que solo ubicaba entre los astros de la disciplina al campeón olímpico Ángel Valodia Matos y al titular mundial Gesler Viera.

Tengo la percepción de que ya tienes el rango de otros atletas importantes del equipo cubano. Pero… ¿eres aún un novato que hace taekwondo o un taekwondoca novato?


“Practico este deporte desde hace catorce años y he pasado por varios momentos importantes. El término novato pudo aplicarse cuando, con tan solo tres meses de llegar al deporte, participé en la copa de mi municipio: Playa, y discutí la medalla de oro. Las de bronce logradas en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Cartagena, los II Juegos del Alba y el pasado año en Brasil confirman que ya pertenezco al nivel medio del taekwondo”.

Tu rostro es un tanto inexpresivo. ¿Ello implica algunas deudas con la vida?

“No. Ese es mi carácter. Pero soy tan alegre como cualquier otro joven. Cuando terminamos el entrenamiento y hacemos ejercicios con pesas me río mucho, debido a las competencias internas que efectuamos entre nosotros. En las fiestas soy com partidor y me gusta conversar con personas agradables. Si tuviera alguna deuda con la vida, ya hubiese estado buscando la vía de solucionarla. Desde pequeño me enseñaron la importancia de darle respuestas a los asuntos y hechos”.

En la ronda semifinal de la última fiesta deportiva hemisférica sufriste un revés. ¿Aquella pelea es para ti un fracaso o una advertencia?


“Ese resultado no lo considero como un fracaso. Llegué a esa competencia con menos preparación que los restantes miembros del equipo y me comporté a buena altura. De haber asistido al campeonato mundial y a otras competencias de preparación, la historia hubiese sido diferente.
“En ningún momento del combate me descuidé, pero tenía otra visión del arbitraje internacional. Aquél rendimiento es una advertencia”.


Casi se aproxima el nuevo ciclo deportivo. ¿Ya se cumplió el tiempo estimado por ti para ser el primero de tu división en Cuba?


“Sí. De hecho ya empecé ese camino. Y se irá esclareciendo en la medida que avance el tiempo, porque me equivocaré menos debido a la madurez deportiva.
“Obtuve nuevas experiencias en el campeonato nacional y en la IV Olimpiada del Deporte Cubano. En la primera competencia enfrenté a un rival muy fuerte para la capacidad física que yo poseía. En la otra, una permanente afección en la garganta afectó mucho mi esta de ánimo”.


Como pareces un hombre de pocas palabras te invito a que ofrezcas tu visión, o parecer, sobre éstas.
¿Ambición?


Alcanzar todos los títulos en el venidero ciclo, porque acentuaré mi preparación individual.

¿Baile?


Normal en un cubano. Yo bailo casi todos los ritmos.

¿Canto?


“No sé. Pero me gusta escuchar la música. Ahora prefiero a los reguetoneros Wisin y Yandel.

¿Mamá?


Se llama María Elena. Es alegre, sociable con todos. Me entiende.


¿Papá?


Su nombre es Francisco. Desde que empecé en
el deporte es más atleta. Ha aprendido muchísimo de taekwondo.


¿Novia?


Cuando no funcioné la relación hay que detenerla inmediatamente.


¿Punto inaccesible?


Ninguno. Todavía no tengo techo.


¿Historia?


La que he conseguido con tenacidad sobre los escenarios de competencia.

¿Verdad?


No rendirse. Descartar esa posibilidad en todo momento.




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