Inusual pasarrella

Abelardo Oviedo, enviado especial
Foto Cortesia de la FIVB

Nagoya, Japon.- El entorno del último debate de la X Copa Mundial de Voleibol, está dominado por la cautela, porque los estrategas de los doce equipos de muchachas están agazapados -para decirlo de alguna manera- esperando el momento adecuado para asestarle un zarpazo a su colega.

La llegada al mismo tiempo de todos los elencos al aeropuerto de esta afamada localidad fue -tal vez- pura coincidencia. Tanto los entrenadores de los seleccionados que competirán tanto en la sala Nippon Gaishi como en la Arena Komaki realizaron comentarios fugaces e intrascendentes a los reporteros locales y extranjeros.

A mi modo de ver, después de disfrutar de aquella escena no será imprescindible realizar aquí el face to face (cara a cara) establecido por la federación internacional de la disciplina previo al ajetreo.

Una razón: el ambiente en la terminal aérea servía para confeccionar el guión de una telenovela. La otra: nunca antes ese escenario se convirtió en una inusual pasarela.

El primero en desfilar fue el técnico cubano Antonio Perdomo. Vestía, como exige el manual de la competencia, el traje más fino del equipo entregado por la marca Adidas. Pero el poco cabello de su cabeza había desaparecido una hora antes en Kumamoto. Escondía su mirada detrás de unos espejuelos con cristales ahumados. Colgaba de su hombro izquierdo un sobre.
Escuché que algunos observadores comentaban entre si: “En ese embalaje lleva las formulaciones para batir a Japón y luego derrumbar a Italia y Serbia.”

Massimo Barbolini, su colega del Italia, lleva menos de dos años en el puesto de mando. Le han salido bien las cosas. Ganó el segundo peldaño en el Grand Prix de esta temporada y sus alumnas lo han complacido en esta nación de Asia, pues llegó al aeródromo con la calificación de invicto.

No obstante, su rostro mostraba preocupación. Nadie averiguó si ello se debía a que su paisano, y predecesor, Marco Bonitta (ahora en Polonia), había salido como una centella hacia la península itálica, por causa del disgusto sufrido en el partido ante Japón (2-3 sets), o porque la donna (esposa) iba a tener un bebé y reclamó su presencia.

Otra interpretación sobre la faz enseñada por Barbolini a su arribo: “Sabe que sus jugadoras enfrentarán a contrincantes a las cuales han vencido algunas veces en esta campaña, pero estas siguen empeñadas en desteñir el color de la casaca de la escuadra azurra”.

Corro el riesgo conscientemente. Lang Ping, la china que dirige a Estados Unidos, cambió el look (imagen) tan pronto empezó la competencia que concede tres visados para los Juegos Olímpicos de su país, en el 2008.

Luce un peinado discreto, ceñido a lo tradicional de su país de origen. Dicen los ochoshimono, los llamados “jodedores” en Cuba, que si pierde el invicto inmediatamente acudirá al estilista para renovar el que ahora lleva.

Esos jovencitos están próximos a la verdad. Las norteamericanas tienen delante “tres nuevos y oscuros pasadizos”. Y esos muchachones se atreven a decir mas: “Luego de un mal paso terminará la relajación con los temas musicales de moda en el ómnibus que las traslada.”

Al parecer, el brasileño José Guimaraes esta orgulloso de las canas surgidas en los ultimas temporadas en su cabeza. Pero lleva la procesión por dentro. Sus discípulas fueron las favoritas para ganar el Campeonato Mundial del 2006… y perdió ante Rusia en la discusión de la corona. Este año impusieron su sello en la preliminar del Grand Prix y luego decayeron en la ronda final.
Al igual que Ping, el sudameriano trajo a su equipo de lujo, porque aspira a instaurar un carnaval el día 16, la fecha de conclusión de la Copa, como sucede con los auriverdes después de los Juegos Olímpicos de Atenas.

Zoran Terzic es ahora muy conocido debido a que Serbia rubrica actuaciones distinguidas. Varias de las voleibolistas presentes en este escenario integraron el equipo de Serbia y Montenegro que empapó a sus rivales en el pasado campeonato ecuménico. Por ahora mojan, pues solamente han cedido ante Italia y el Polonia de Marco Bonnita. El serbio evade la publicidad. En la instalación aérea caminaba al lado de sus asistentes; y movía la cabeza en uno y otro sentido, en dependencia de las proposiciones escuchadas.

Soichi Yanagimoto presta poca atención a las grandes producciones que hace la televisión con sus jugadoras. El entrenador japonés está convencido de que este tramo es tan riesgoso y duro, como acceder al volcán Sakurasima a punto de entrar en erupción.

Predomina el bajo perfil en las declaraciones, la mesura, en el preludio de la despedida de la fiesta cuatrienal. No obstante, los estrategas esperan que sus elencos inicien la pugna con una pasión similar a la del enamorado que siempre busca afanosamente una flor antes de encontrarse con su amada