domingo, 16 de septiembre de 2007

El Profe




Roberto Ramírez

Cortesía del INDER


Varias razones situaron siempre al profesor de educación física como punto de referencia importante para sus alumnos.Los atractivos propios de la materia y el ambiente distendido en que se imparte aportan especial fluidez a su comunicación con los educandos, sin que devenga atentado contra el nivel de la clase.


No por gusto la imagen del "profe" conduciendo a sus muchachos a los topes inter-escuelas, o convertido en pieza clave en la organización de un desfile es recurrente cuando evocamos los años de las enseñanzas primaria, secundaria o preuniversitaria.


Tal realidad conserva validez, aun cuando los claustros actuales reúnen más juventud y eso eleva su acercamiento general a los educandos.
Siguen siendo los profesores de educación física quienes más se trasladan con sus alumnos, para cubrir compromisos competitivos fuera de los planteles, lo que les coloca muy cerca de los mismos y propicia un intercambio peculiar con ellos y su familia.


De ahí su importancia como formadores integrales, con influencia directa en el comportamiento social, como factor añadido al fomento de valores como amor a la camiseta, respeto por el juego limpio y entrega permanente a la causa defendida.


Es sabido que sobre todo los niños suelen imitar a sus ídolos, y en ese capítulo ingresan habitualmente los encargados de guiarles en el mundo de la actividad física.Toca entonces a estos mostrarse todo el tiempo a la altura del privilegio que constituye saberse ejemplos a imitar, y predominan mayoritariamente quienes asumen con éxito el reto.
Pero no se trata de una batalla concluida, y el reciente comienzo de un nuevo curso escolar aporta motivos para replantearse una revisión al respecto.


No hace falta transgredir el espacio asignado a cada cual, ni constituye un mérito usar palabras obscenas en el momento de transmitir orientaciones, ni favorece un ápice convocar a indisciplinas a la hora de transportarse o conducirse en la vía pública.Como tampoco habrá que exacerbar el ánimo desmedido de triunfo, sino premiar todo el tiempo la consagración total al empeño por conseguirlo.


Resultará muy importante, eso sí, combatir permanentemente cualquier vestigio de fraude en busca de un resultado, exigir ética y respeto por el contrario, e interactuar con los demás docentes como posible contribución al desempeño académico de los alumnos.


Todos conocemos a quienes hacen gala a diario de estas premisas a lo largo y ancho del país, pero cada día crecen las exigencias que demandan los nuevos tiempos y nunca está de más el análisis en cada colectivo.Para que al paso del tiempo todos evoquen las enseñanzas del "profe", más allá de las técnicas aprendidas.

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