domingo, 16 de septiembre de 2007

Pasó la calma habitual


Abelardo Oviedo

Desde el año 2004, fecha en que fue instaurado el Torneo Nacional de Ascenso (TNA), los más apasionados aficionados al baloncesto exhiben la misma conducta pues, tras los primeros compases de la cita vaticinan su curso total. Siempre estarán equivocados en su proceder, pues después de concluir la primera ronda de un clásico extenso solo puede calificarse la situación competitiva como mesurada.

Luego de ocho comparecencias Capitalinos lidera la zona occidental (7V-1D), pero sus hombres altos aún no logran ser doble figura (más de 10 puntos y rebotes) en los encuentros.
Ernesto Willliams y Faustiel Dubé cumplen bien con su ejercicio de formadores en el Metropolitanos (6V-2D). La experiencia de ambos impide que a los jovencitos se les escapen seguras victorias.

Los seguidores de La Habana (2-3- tres juegos pendientes) están a la expectativa. Piensan que sus coterráneos mostrarán otro rostro este año.
El Matanzas (1V-5D-dos choques pendientes) está un tanto rezagado en la clasificación general, por causa de la ausencia de su fuerte artillero Danny Torriente a principios del debate; pero se aprestan a recuperar espacio.

Pinar del Río (0V-5D-tres cotejos pendientes) abrió muy mal. ¿Esta vez los baloncestistas de su plantilla adquirirán el segundo aire?
Una pregunta sobre el líder de la zona central : ¿Ciego de Ávila (7V-1D) ó Camagüey (6V-2D)? carece aún de respuesta. También es correcto investigar acerca de las posibilidades de clasificación del Villa Clara (4V-4D). Y si Sancti Spíritus (3V-5D) y Cienfuegos (0V-8D) constituirán un desafío en esta parte de la temporada.

Parece que en esta temporada la porfía en la división oriental será diferente. Ahora domina Santiago de Cuba (6V-2D), pero las evidencias competitivas anuncian que serán muy acosado por Guantánamo (5V-3D), Las Tunas (5V-3D), Holguín (3-4-1 partido pendiente), Granma (0V-7D-1 choque por celebrar).

El TNA concluirá el 24 de noviembre. A partir del segundo tramo se incrementará el quehacer sobre la duela de todos los contendientes. Y entonces sí será razonable hacer conjeturas.
Quizás este segmento la campaña nacional estará acompañado por una discreta corrección técnica en los escenarios de juego. Cuando empiece la Liga Superior deben cambiar las decoraciones de las canchas nominadas, porque la competitividad entre los ocho adversarios desatará una querella sin cuartel. Y para un acontecer de esa naturaleza es insoslayable que las pizarras de las instalaciones tengan un verdadero protagonismo informativo; y que sean precisos los reloj-cronómetros ubicados en las esquinas de las canchas, pues el baloncestista se forma —esencialmente— en los torneos domésticos.

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