Abelardo Oviedo
Fotos: Cortesía de la FIVB
Fotos: Cortesía de la FIVB
Desde 1999, temporada en que la Federación Internacional de Voleibol (FIVB) sancionó se jugara bajo el signo del rally point, ninguna de las decisiones han pasado fácilmente el tamiz de los analistas.
Justamente ahora que concluye la tercera campaña del cuatrienio, es otra la conducta de ellos cuando supieron que Brasil —aún se desconoce la ciudad— será la sede de la final de la XIX Liga Mundial.
La aceptación fue unánime porque esta vez la determinación no produjo criterios encontrados, como a raíz de los invitados (wild card) para los segmentos conclusivos de los relevantes eventos anuales para hombres y mujeres.
El Brasil del técnico Bernardo Rezende merece exponer el título en su cancha y ante su siempre enardecida torcida, pues desde el 2003 figura en el primer escaño de la LMV. Además, nobleza obliga. Un bicampeón mundial y de la Copa del Mundo debe ser privilegiado, aunque sean jugosas las opciones económicas que ofrezcan las transnacionales de la información a la FIVB si el encuentro se produce en otra nación.
Al igual que en otras versiones, la condición de anfitrión ubicará a los campeonísimos directamente en la final. Y ello repercutirá notablemente en el programa de formación de jugadores porque, quizá como ninguna otra nación, las autoridades de aquél país trabajan incesantemente con los voleibolistas de las categorías inferiores para mantenerse entre los grandes de la disciplina.
El resultado de ese esfuerzo es palpable. En la LMV 2007 intervinieron en la preliminar los más aventajados noveles y solo cayeron en una ocasión. Compitieron en la VI Copa Panamericana y discutieron el cetro —en cinco sets— frente a Estados Unidos, formación considerada como una de las importantes de cara a los Juegos Olímpicos de Beijing, en el 2008.
Para la próxima edición liguera seguramente el estratega se decidirá por la misma filosofía, no obstante tener como adversario en el grupo preliminar tendrá a Francia, Serbia y Canadá. Esos jovencitos tienen la formación necesaria para replicar ante esos adversarios y, así, él ofrecerá mayor descanso a sus jugadores pertenecientes a la elite de la disciplina.
Esa estrategia le proporcionará un detalle importante y es el de adelantarse al próximo ciclo deportivo, pues en el año olímpico contará —como mínimo— con cerca de veinte jugadores de alto nivel y de una decena muy próximos a esa calificación. Entonces, dispondrá de dos guarniciones con jugadores fuertes, confiables para conservar los grandes triunfos.
En reiteradas ocasiones Rezende le ha confesado a los periodistas: “El sentido real de la vida no es la Copa, sino el café que contiene.”. Unos han interpretado ese parecer de una manera: Y otros lo han considerado como una muestra de prepotencia.
La verdadera traducción de esa advertencia del entrenador “cuyos antecedentes y sus vivencias confluyeron para forjar una de las selecciones más formidables de todas las épocas” está reflejada en "Cómo transformar sudor en oro.
“Ese es el título del libro que escribió para relatar las proezas del seleccionado brasileño de voleibol masculino que él conduce desde el 2001 y que por estos días sigue acaparando gloria con la avidez de los famélicos, pero también con la impiadosa mecánica de una máquina trituradora manejada sin descanso.”
Por causa de su condición de sede de la LMV 2008, el voleibol en el gigante sudamericano crecerá de manera desproporcionada Quizá se torne inalcanzable, como sucedió con las Espectaculares Morenas del Caribe. Y Latinoamérica disfrutará mucho que el paisano ostente tan privilegiado escaño.
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