viernes, 7 de septiembre de 2007

Crucial pendiente

Abelardo Oviedo
Foto Cortesía de la FIVB

Las federaciones deportivas poseen legislaciones diferentes en cuanto a la participación en sus lides de alto relieve. La decisión de la Federación Internacional de Voleibol (FIVB) es singular. Un conjunto puede ganar una justa, pero ese pergamino no lo califica para otras.

Para este tercer año del ciclo la FIVB programó las citas que propiciarán asistir a la Copa del Mundo, la primera calzada para acceder al torneo de los Juegos Estivales de Beijing, en el 2008.
Y el equipo líder en la XVIII Liga Mundial: Brasil, así como las triunfadoras en el XV Gand Prix: Holanda; y el campeón de la pasada Copa: Brasil, tendrán que someterse a los rigores del camino olímpico. Asimismo, esa exigencia repercute sobre los últimos campeones mundiales: Rusia, en la clasificación femenina, y los auriverdes.

El sendero hacia la Copa del Mundo, certamen instaurado en 1981, empezará este mes en diferentes latitudes del planeta. Los clásicos de Norte, Centroamérica y el Caribe (NORCECA) se efectuarán entre el catorce y el veintidós. Las muchachas en Winnipeg, Canadá; y los varones en Anaheim, Estados Unidos. En Europa, Asia y África también acontecerán similares disputas. Sin dudas, se aproxima una crucial pendiente para los voleibolistas.

Los certámenes reunirán a ocho equipos en cada sector. Los dos mejores de cada rama obtendrán los boletos para la lid mundialista que tendrá como escenario a Japón desde el 2 de noviembre.

Un lapidario pronunciamiento: “Somos los mismos, pero no será igual”, acompañará a los seleccionados del país, porque todos los integrantes de las plantillas conocían de la existencia de este peliagudo tramo en las postrimerías de la temporada.

Para nada la aseveración es festinada, sino que responde a la realidad competitiva. Regresar a casa con las manos vacías significará que —además de las severidades de la venidera campaña— deberán sobreponerse al asfixiante vapor de un torneo preolímpico. Y luego —en la máxima fiesta deportiva cuatrienal— buscar el éxito ante rivales que consiguieron el pasaporte en este curso.

Aunque hace unas semanas el rendimiento fue inferior al esperado en la Copa Panamericana celebrada en Manaus, Brasil, el conjunto nacional de varones tiene opciones de vencer.
En el grupo B del evento figuran Trinidad, y Tobago, República Dominicana y Canadá. Ese precisamente será el orden de juego en la ronda preliminar. Y así deben llegar las victorias. El único rival de alguna consideración para nuestros voleibolistas es Canadá, pero ese competidor atraviesa por un desacertado momento.

En la llave A el favorito es Estados Unidos, subtitular de la pasada Liga Mundial y bicampeón de la Copa Panamericana, tras derrotar al segundo elenco de Brasil en cinco sets.
Tal vez el Puerto Rico pueda retar a los estadounidenses, pero esa especulación tiende a multiplicarse por cero. Los combinados de México y Barbados distan mucho del primer nivel mundial, el de Estados Unidos.
Caribeños y norteamericanos encabezarán sus apartados y pasarán directos a semifinales; y después lucharán por el cetro.

La falta de regularidad impidió a las muchachas avanzar en el XV Grand Prix. Si afloran de nuevo esas fallas, pondrían en riesgo soberanas aspiraciones.
Competirán en el mismo escenario donde jugaron —y ganaron invictas— la preliminar de los Juegos Deportivos Panamericanos de 1999. Y pueden repetir aquella actuación. Puerto Rico no es aún un adversario de lujo; los representativos de Costa Rica y Canadá son de perfil medio-bajo.

En la llave B, Estados Unidos —si asiste con el equipo del Grand Prix— sobrepasará a las quisqueyanas, así como a los conjuntos de México y Trinidad y Tobago.
En el capítulo final de anterior versión, las alumnas de Lang Ping sobrepasaron a las ahora de Antonio Perdomo. Pero en la vida todo cambia, porque ella es un escenario competitivo.

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