Abelardo Oviedo
Dicen que nunca debe azuzarse al oso con una vara pequeña. Corrió ese riesgo la selección cubana de baloncesto, clasificación masculina, que intervino en el Centrocaribe y regresó a casa con uno de los tres boletos otorgados para el Centrobasket 2008
Varios agudos momentos pudieran calificar el comportamiento —y la clase— del elenco sobre el rectángulo del coliseo Héctor Solá Bezares de la localidad borinqueña de Caguas. Uno, el encuentro con Puerto Rico (68-89) para dejar esclarecido cuál de los dos sería el líder de la llave B del clásico.
Se sabía de antemano que los borinqueños sobresaldrían frente a los cubanos, como sucedió, porque su equipo estaba armado hasta los dientes, por causa de la asistencia de varios jugadores que se desempeñan en la liga profesional estadounidense.
Los alumnos de Daniel Scott y Leonardo Pérez dejaron una imagen frente a un potente rival, pues los anfitriones solo pudieron hacer 89 unidades. En las jornadas precedentes alcanzaron más de 100 puntos.
El otro trance espinoso fue el enfrentamiento con República Dominicana en semifinales. Evidentemente la derrota (82-93) sobrevino —entre otros factores— por la falta de adquisición de rutina de juego antes de llegar a las competencias oficiales.
El tercer oscuro pasadizo —y no menos importante— fue el desafío por la medalla de bronce ante Bahamas. Al igual que los otros elencos de las islas vecinas, a ese representativo ya no se le puede considerar como una oveja, sino más bien un descendiente de león, porque el nivel cualitativo de los integrantes de su plantilla crece notablemente por la participación en clubes extranjeros durante la temporada.
El dramatismo inundó la sala colmada por más de 2 mil 550 fanáticos. Según los reportes las razones fueron suficientes para que surgiera ese estado, pues a solo 23 segundos y 9 décimas de finalizar el tiempo extra Geoffrei Silvestre encestó dos tiradas libres.
Por supuesto, requirió un notable esfuerzo acceder a la última visa en disputa porque los vecinos nunca arrojaron la toalla y, por esa razón tuvieron varias opciones para lograr la victoria, pero sin tener éxito en la ejecución.
En las peñas deportivas de la Isla se afirma: “si nuestros baloncestistas intercambiaran con mayor frecuencia pasarían menos trabajo para sobresalir en las competencias”.
La vida demostró otra vez que tienen razón los comentaristas que se reúnen en parques y esquinas del archipiélago cubano. Todos los observadores reunidos en la polideportiva puertorriqueña, seguro analizarán —entre otros— el quehacer de Yordanis Jaca. El jovencito de 21 años posee una participación internacional inferior a 30 partidos en los últimos cuatro años y fue capaz de controvertir con jugadores con mayor oficio y lograr un espacio; y demostrar temple para definir: “Restando 59.3 segundos del tiempo regular, el delantero le dio ventaja a Cuba de cuatro puntos, 80-76, lo que parecía ser decisivo”.
En los pasados Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe era un acertijo la eficacia de nuestros baloncestistas desde la línea de tiros libres. Ahora: “En la extensión los cubanos sobrevivieron de las tiradas libres, anotando todos sus puntos desde la línea, incluyendo las dos de Silvestre que le dieron la victoria a su equipo luego de que un triple de Torrington Cox empatara por última vez el desafío con 37 segundos de acción”.
Ese hecho también provocará intercambios entre los expertos. Sin dudas se preguntarán: ¿Cómo pueden llegar a esos por cientos de efectividad, si los jugadores logran las pulsaciones para crecer en esa acción tras participar en muchos desafíos?
Al final los especialistas dirán sus pareceres. Y no exagerarán. Actualmente los estrategas modelan el entrenamiento de tal forma que se parezca al juego, pero los ejercicios que se realizan en el entrenamiento nunca sustituirán a las encrucijadas surgidas por causa de la intensidad del cotejo. La duelas siempre ofrecerá el último veredicto.
En efecto, a la tercera fue la vencida. Cuba asistirá al Centrobasket por demostrar capacidad para definir e imponer clase en los momentos cruciales. Y vamos al Centrobasket 2010
Dicen que nunca debe azuzarse al oso con una vara pequeña. Corrió ese riesgo la selección cubana de baloncesto, clasificación masculina, que intervino en el Centrocaribe y regresó a casa con uno de los tres boletos otorgados para el Centrobasket 2008
Varios agudos momentos pudieran calificar el comportamiento —y la clase— del elenco sobre el rectángulo del coliseo Héctor Solá Bezares de la localidad borinqueña de Caguas. Uno, el encuentro con Puerto Rico (68-89) para dejar esclarecido cuál de los dos sería el líder de la llave B del clásico.
Se sabía de antemano que los borinqueños sobresaldrían frente a los cubanos, como sucedió, porque su equipo estaba armado hasta los dientes, por causa de la asistencia de varios jugadores que se desempeñan en la liga profesional estadounidense.
Los alumnos de Daniel Scott y Leonardo Pérez dejaron una imagen frente a un potente rival, pues los anfitriones solo pudieron hacer 89 unidades. En las jornadas precedentes alcanzaron más de 100 puntos.
El otro trance espinoso fue el enfrentamiento con República Dominicana en semifinales. Evidentemente la derrota (82-93) sobrevino —entre otros factores— por la falta de adquisición de rutina de juego antes de llegar a las competencias oficiales.
El tercer oscuro pasadizo —y no menos importante— fue el desafío por la medalla de bronce ante Bahamas. Al igual que los otros elencos de las islas vecinas, a ese representativo ya no se le puede considerar como una oveja, sino más bien un descendiente de león, porque el nivel cualitativo de los integrantes de su plantilla crece notablemente por la participación en clubes extranjeros durante la temporada.
El dramatismo inundó la sala colmada por más de 2 mil 550 fanáticos. Según los reportes las razones fueron suficientes para que surgiera ese estado, pues a solo 23 segundos y 9 décimas de finalizar el tiempo extra Geoffrei Silvestre encestó dos tiradas libres.
Por supuesto, requirió un notable esfuerzo acceder a la última visa en disputa porque los vecinos nunca arrojaron la toalla y, por esa razón tuvieron varias opciones para lograr la victoria, pero sin tener éxito en la ejecución.
En las peñas deportivas de la Isla se afirma: “si nuestros baloncestistas intercambiaran con mayor frecuencia pasarían menos trabajo para sobresalir en las competencias”.
La vida demostró otra vez que tienen razón los comentaristas que se reúnen en parques y esquinas del archipiélago cubano. Todos los observadores reunidos en la polideportiva puertorriqueña, seguro analizarán —entre otros— el quehacer de Yordanis Jaca. El jovencito de 21 años posee una participación internacional inferior a 30 partidos en los últimos cuatro años y fue capaz de controvertir con jugadores con mayor oficio y lograr un espacio; y demostrar temple para definir: “Restando 59.3 segundos del tiempo regular, el delantero le dio ventaja a Cuba de cuatro puntos, 80-76, lo que parecía ser decisivo”.
En los pasados Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe era un acertijo la eficacia de nuestros baloncestistas desde la línea de tiros libres. Ahora: “En la extensión los cubanos sobrevivieron de las tiradas libres, anotando todos sus puntos desde la línea, incluyendo las dos de Silvestre que le dieron la victoria a su equipo luego de que un triple de Torrington Cox empatara por última vez el desafío con 37 segundos de acción”.
Ese hecho también provocará intercambios entre los expertos. Sin dudas se preguntarán: ¿Cómo pueden llegar a esos por cientos de efectividad, si los jugadores logran las pulsaciones para crecer en esa acción tras participar en muchos desafíos?
Al final los especialistas dirán sus pareceres. Y no exagerarán. Actualmente los estrategas modelan el entrenamiento de tal forma que se parezca al juego, pero los ejercicios que se realizan en el entrenamiento nunca sustituirán a las encrucijadas surgidas por causa de la intensidad del cotejo. La duelas siempre ofrecerá el último veredicto.
En efecto, a la tercera fue la vencida. Cuba asistirá al Centrobasket por demostrar capacidad para definir e imponer clase en los momentos cruciales. Y vamos al Centrobasket 2010
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