miércoles, 1 de agosto de 2007

Una estrella en otro trampolín


Abelardo Oviedo
Foto Ismael Francisco
Barquisimeto, Venezuela.- Aún no se han cuantificado los visitantes ilustres que asisten a estos II Juegos Deportivos de Alba, pero todos están seguros de que en la piscina del complejo de natación en esta ciudad una de las figuras importantes fue el ornamentalista Abel Ramírez.
Y no es difícil averiguar el porqué. Ramírez pertenece a la elite de ese deporte en la nación, por adjudicarse —entre otros lauros— los subcampeonatos panamericanos en las citas de Caracas 1983 y La Habana 1991; y el de la Universiada de Kobe, Japón, en 1985.
El actual entrenador de los mellizos José Raúl y René Raúl y de Yuribel Ceinet fungió aquí como juez, el rol tal vez más difícil de desempeñar en cualquier certamen de su disciplina.
El debut internacional de Abel como entrenador en el 2005 fue por todo lo alto. En el Campeonato Centroamericano y del Caribe del 2005, sus cuatro atletas lograron ocho medallas de oro, una de plata y dos de bronce: “Ese fue un momento grande en mi vida”, precisó Ramírez mientras se ajustaba la ropa para subir al estrado destinado a los imparciales.
Ninguno de sus discípulos viajó a esta, la ciudad crepuscular, porque: “Los preparo para competir en los venideros Juegos Mundiales Universitarios, que tendrán como escenario a Tailandia en agosto próximo. Esos serán mis primeros alumnos en competencias de mayores”.
La experiencia lograda como estratega posibilita pedirle valoraciones más riesgosas: “Nuestro deporte atraviesa por la mejor etapa de toda la historia. Me preocupa que solo tres sean los abanderados porque otros, de mucha capacidad técnica, tengan menos preparación y ello podría demorar el relevo de los venideros ciclos”.
Luego aceptó regalar sus opiniones sobre nuestros astros: “Jorge Betancourt es disciplinado y fuerte. Figura entre los seis primeros del mundo porque los saltos le salen con facilidad y es notoria su limpieza para entrar al agua. Solo le faltaría ser más preciso en el momento de abrir los saltos y controlar esa postura.
“Erick Fornaris es el más hábil de todos, un guerrero en las competencias y brinda confianza al compañero en el estilo sincronizado.
“Juan Antonio Guerra es la superestrella y por eso es el más condecorado en la historia de nuestra disciplina. Para mí es el mejor del mundo porque con la ejercitación que posee es capaz de superar a los chinos, australianos, canadienses, rusos, alemanes y mexicanos”.
Tampoco Ramírez evitó decir sobre la actuación nacional en los XV Juegos Panamericanos de Río de Janeiro, Brasil: “Guerra dominará en los 10 metros y ganaremos en la modalidad de sincronizado desde esa altura y también la de 3 metros”.
Señor juez
Los comentarios sobre el juez Abel Ramírez son favorables.
Tras concluir la lid de los 10 metros para damas y caballeros sentenció: “En este parte del evento te das cuenta del sacrificio que hace un deportista. Soy y seré siempre imparcial porque me duele cuando estimo que un colega, que no fue atleta, penaliza duramente a un muchacho. Calificó la técnica y también el empeño de niños como Yenkler Aguirre, una de las más reales promesas de la disciplina en Cuba”.
Al igual que otros jueces serios, a Abel le disgusta la insatisfacción de algunos técnicos, porque considera ese proceder como una ingratitud.
Pero su mayor preocupación es su hijo, que siguió su sendero. El muchacho ha brillado en clásicos como el Campeonato nacional de Canadá, lid donde la participación es abierta.
Estima que le falta para ser líder. Y ante la réplica: “le pides a un niño de 15 años la conducta de un adolescente”, el gigante sobre trampolines en la década de los años 80 declinó hacer un comentario sobre el tema.

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