miércoles, 1 de agosto de 2007

Tino en otra encrucijada


Abelardo Oviedo

Venezuela.- El polo acuático cubano está en la reconquista, aunque aún no comparece sistemáticamente a los escenarios internacionales y carece del relieve que tuvieron anteriores formaciones del país.
Cuba fue campeón en los Juegos Panamericanos de La Habana 1991, al batir al entonces campeón mundial Estados Unidos. En aquel ciclo también tenía preponderancia en los campeonatos del orbe, la copa del mundo y la Universiada mundial.
Hoy, el principal combinado del país sólo es dueño del título en Centroamérica y el Caribe, debido a las inasistencias a las lides anteriormente mencionadas, así como a la Liga Mundial, la más joven competencia de la disciplina.

UN TÉCNICO DECIDIDO A VENCER

Desde hace más de cinco temporadas el DT Tino Urgellés conserva la responsabilidad, como antes, de un portero, y trabaja por elevar el nivel de la disciplina en la Isla.
En su dossier archiva ya el cetro de los XX Juegos Centroamericanos y del Caribe (CAC) de Cartagena de Indias, Colombia, y espera lograr el mismo éxito en el certamen de los II Juegos Deportivos del Alba en la ciudad venezolana de Valencia.
Convencido de que sus capacidades para conducir un equipo vuelven a ser desafiadas por la realidad, se dispone a vencerlas: “El objetivo para la actual competencia es el mismo. Conocer mejor la fortaleza de los muchachos para ejecutar las tácticas en los contraataques y las jugadas ensayadas”, precisó el otrora guardameta del seleccionado nacional.
Según comentarios, el cubano es uno de los más jóvenes directores a escala universal. Sin embargo, tiene recursos para rescatar a sus discípulos de situaciones adversas: “México fue el titular de los XIX CAC celebrados en San Salvador, en el 2002. En Colombia los aztecas montaron una gran campaña publicitaria y los dirigentes y polistas de esa nación hicieron desafiantes declaraciones; alguna prensa les concedió importancia.
“Nuestros jugadores nunca habían pasado por una situación similar. Apelé a un recurso que aprendí cuando era deportista activo. Antes del primer juego contra los mexicanos les dije a mis alumnos: “Recuerden que no somos campeones porque no asistimos a El Salvador. Pero estamos aquí para reiniciar la cadena de triunfos consecutivos que poseíamos hasta 1998. Mi arenga fue efectiva: aquel encuentro de la ronda preliminar concluyó 19-9 goles. Unas jornadas después, volvimos a medirnos contra aquel rival en la semifinal y repetí las mismas palabras antes de que se tiraran a la piscina. Vencimos 9-5.”
La victoria, en los deportes de conjunto, casi siempre acompaña a quienes están bien fogueados en transitar por los partidos cruciales. En Cartagena de Indias los alumnos de Tino tenían déficit de experiencia.
“Al discutir la medalla de oro, frente a Colombia, se produjeron algunas inexactitudes. La nómina de ese país la conformaban jugadores que intervienen en la liga de Francia. Ello, unido a la condición de anfitrión, influyó en varias decisiones de los árbitros. Casi siempre decretaban a favor de los locales las acciones con carácter dudoso.
“Me percaté de la incidencia negativa de esa conducta de los jueces sobre mis alumnos y, en un período de descanso, les indiqué: No pierdan el tiempo en pensar si ellos lo hacen a propósito. Mantengan la concentración. Marquen el ritmo del partido y ganaremos. Así fue como recuperamos el título por una pizarra de 12-7 goles.”
Para esta primavera Tino y sus polistas tienen dos exámenes. Están inmersos en el primero, los Juegos del ALBA. El segundo, será en Río de Janeiro, Brasil, sede de los XV Juegos Deportivos Panamericanos.
Los jovencitos conocen algo mejor las interioridades del escenario foráneo y están confiados al poseer la tutela de un estratega capaz. A pesar de las limitaciones competitivas, se proponen conquistar las mayores notas para ganarse el derecho de asistir con mayor frecuencia a las justas internacionales.

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