jueves, 2 de agosto de 2007

En consulta con el doctor Torres



Abelardo Oviedo
Foto: Cortesía de la FIVB


Tal vez la XVIII Liga Mundial de Voleibol haya empezado con menos atmósferas de las esperadas. Pero ello no significa que no será, como sucedió en su similar de 2003, la más fuerte del cuatrienio, pues a los estrategas les queda poco tiempo para entrenar a sus alumnos y conseguir, primero, uno de los visados para la Copa del Mundo y más tarde para los Juegos Olímpicos de Beijing, China, en el 2008.
Al igual que sus colegas de los otros diecisiete equipos participantes, el médico del elenco nacional Oscar Torres y el fisioterapeuta Joan Aladro, deciden bastante en el universo que desea alcanzar el DT Orlando Samuells. Durante los entrenamientos, es difícil acceder a algunos de ellos pues sus pupilas cumplen una función idéntica a la de un radar meteorológico. Es decir, escudriñan el accionar de cada jugador para, en caso que sea necesario, fulminar de inmediato la aparición de cualquier dolencia.
Oscar no defirió el turno de mi consulta. Sencillamente me pidió permiso para comenzar el diálogo dos horas más tarde. Y dice una vieja frase: nobleza obliga acepté su sugerencia y subí a su “torre”.
Experiencia inequívoca
Nunca se es lo suficientemente viejo para aprender. Oscarito, como le dicen los voleibolistas, ha aprendido que “todos los días la observación entrega una novedad. Soy de los que piensa que la vinculación del conocimiento con lo apreciado en el terreno permite saber cómo se desarrolla un jugador. Por ejemplo: tan pronto ellos regresan de las vacaciones les hago pruebas; y si compruebo que el sistema cardiovascular no es el requerido para empezar el trabajo, enseguida les recomiendo a los entrenadores vigilar la relación trabajo-descanso. Después valoramos su incidencia en los exámenes planificados durante la etapa de preparación especial.”
Equipo sano
En tono de broma a Oscarito le dicen el obsesivo. Él no contradice el por qué de esa nominación: “Mi objetivo laboral es tener bajo mi tutela un equipo sano y esa calificación solo se obtiene cuando está conformado por atletas anatómica y funcionalmente dentro de los parámetros establecidos. El equipo que ganó la medalla de bronce en la LMV del 2005 cumplió esos parámetros y obtuvo su premio. En otras temporadas también los requisitos han sido cumplimentados pero no se han alcanzado los resultados por otras razones”, precisó el galeno acreditado ante la comisión medica de la Federación Internacional de Voleibol y miembro de la similar para Norte Centroamérica y el Caribe.
Preferencias
Tras una décadas de ejercicio profesional y presenciar más de 100 partidos, Torres no esconde sus simpatías y valoraciones sobre los seleccionados del mundo del voleibol:
“Además de Cuba, simpatizo con Brasil, porque es un equipo muy cohesionado. Esos muchachos tienen un amplio sentido de la ayuda mutua. Polonia y Bulgaria son buenos y su desempeño en la cancha es bastante estable.
“Me gusta ver jugar a los italianos. Nuestros muchachos los han enfrentado varias veces en este ciclo. Han perdido un poco de la eficiencia mostrada en aquellas temporadas en que eran prácticamente imbatibles.
“Al equipo de Rusia lo respeto y admiro mucho. Tal vez la preparación física para la LMV influya negativamente en sus resultados. El actual nivel de la disciplina exige a los entrenadores preparar a los muchachos para que mantengan esa condición para siete sets.”
Decepciones
Dicen que el dolor y la duda se llevan por dentro; y por eso le insistí al médico sobre ese tema: “A ningún competidor le gusta perder. Me he sentido disgustado cuando se nos han escapado partidos, o no han salido las acciones técnicamente bien y ha sido más costoso acceder a la victoria.
“Nunca me sentiré decepcionado porque estos jovencitos juegan siempre para ganar. Es cierto que a veces se equivocan y pagan muy caro esos errores, pero también hay debe tenerse en cuenta que se miden a rivales de mucho aval.”
En efecto, ninguna dolencia me aquejaba. Tampoco estaba stressado, ni deseaba conocer sobre un tratamiento determinado. Sencillamente quería saber la opinión de ese profesional que lleva más de seis años en el ámbito del voleibol y casi todos sus pacientes miden más de 1,90 metros de estatura.
Me marché de su espacio satisfecho y comprometido a volver, porque me curso esta invitación: “Este equipo será de los primeros del mundo pero, al igual que en otras esferas de la vida hay que tener paciencia. ¿Tú crees que a ellos les gusta ser de los últimos? Yo sé que sufren mucho cuando las cosas no les salen bien.

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