viernes, 17 de agosto de 2007

Apostar fuerte


Abelardo Oviedo

Si en definitiva las quince plantillas que intervendrán en el Torneo Nacional de Ascenso tuvieron el respaldo necesario para realizar una buena preparación, el clásico ofrecerá otra faz a los aficionados del baloncesto en Isla.
Y mucha falta hace que sea así, porque la lid que esta vez concederá ocho visados para la Liga Superior se aproximaba a la oscuridad debido a que la mayoría de los aficionados le otorgaban una calificación inferior a cinco sobre una cota de diez puntos.

Como siempre los estrategas viejos y nuevos tienen la intención de que sus elencos sean grandes animadores de la temporada, pero la realidad es diferente. Los directivos de los conjunto más reconocidos tienen recorrido un trecho con sus nóminas y la distancia que separa a éstas de sus adversarias aún es amplia. A mi modo de ver, la variación podría estar en la clasificación general, pero tampoco los rezagados alcanzaran saltos espectaculares.

Por causa de ganar el play off a Capitalinos 3-2, Ciego de Ávila ahora poseen la calificación de tricampeón. Pasaron por una etapa difícil en el TNA por las lesiones de algunos de sus jugadores importantes. Pero como fueron consecuentes en la lucha por los rebotes; y dominaron la ansiedad en la mayoría de los momentos, cruciales de la conclusión de la campaña, lograron conquistar el pergamino.

Capitalinos regresó a la discusión del título luego de cuatro años, además de brindar espectáculo. Debe ser también uno de los ocho grandes, pues ya los nuevos ingresos en la plantilla conocen mejor las maneras para replicar, hasta cuando son mínimas las posibilidades de evadir delicadas encrucijadas.

Una adecuada selección para tirar a la cesta, variantes ofensivas corroboradas siempre de buenas por la práctica; y una filosofía defensiva refinada, convierten a los azules en una formación preocupante.

Pocas variaciones exhibirá la nómina de la formación de Matanzas. Pero ningún experto duda que presentará la misma caracterización. Los matanceros combaten cual feroces guerreros. La denominación de conjunto más combativo en la pasada temporada no es tan desmesurada, máxime cuando se conoce que los jugadores de segunda línea de ese combinado son menos fuertes y hábiles que sus oponentes.

Los jóvenes baloncestistas camagüeyanos han estado cerca de la final del certamen e —inexplicablemente— han cedido. Dos veces perdonaron a sus vecinos avileños durante la semifinal y quedaron excluidos de la finalísima. En varios círculos de analistas se les considera como uno de los seleccionados con mayores proyecciones, porque tienen la característica de respetar —no temerle—al adversario.

Los dos equipos prominentes del oriente de la nación: Santiago de Cuba y Guantánamo tienen opciones de formar el octeto que competirá en el tramo conclusivo. Esa misma apreciación existe con respecto a Villa Clara, aunque ya no son aquellos Lobos cuyos aullidos se percibía hasta en los más distantes rectángulos del archipiélago cubano.

Para nada exagero. Otra terna competidores —además de los últimos mencionados— podrían brindar nuevas. Ellos son Pinar del Río y La Habana. De ser así la porfía en la zona occidental se tornará más dura, pues a los jovencitos del combinado Metropolitanos les gusta probarse ante los experimentados. Los otros colectivos inscritos deben proponerse —por ahora— mejorar sus rendimientos con respecto a la pasada campaña.

No obstante faltarle algunos matices, la temporada de baloncesto de la mayor isla de las Antillas atrae, despierta comentarios y los aficionados especulan sobre las rivalidades existentes. Durante varios meses forma parte de la vida cotidiana. Con unos puntos más de cotización en el aspecto cualitativo, se encaminará hacia el sendero que ostentó durante los años 90, porque los jugadores más encumbrados ya conquistan en los escenarios extranjeros. Y ello repercute en la justa doméstica. Ya es tiempo suficiente para apostar fuerte para que los sueños se aproximen más a la realidad.

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