Abelardo Oviedo
Foto: Cortesía de la FIVB
Seguramente los meteorólogos japoneses podrán vaticinar las oscilaciones del clima en este país durante esta estación del año. Pero tanto ellos como sus homólogos en la rama deportiva, nunca se atreverán a pronosticar los bamboleos de los tiempos que se vivirán —a partir del día 2— en las polideportivas de Hamamatsu y Tokio, los primeros escenarios de la X Copa Mundial de Voleibol.
El espectro del evento instaurado en 1973, y que desde 1981 concede visados para los Juegos Estivales, es tan denso como el precedente, pues acuden elencos líderes en los Grand Prix (GP) celebrados desde el 2000: Cuba, Estados Unidos, Rusia, China, Brasil. Solo quedará en casa Holanda, el último soberano de esa cita anual.
Dos elencos europeos, Serbia y Polonia, debutan en el clásico. Ninguno será una mansa oveja. Las chicas del equipo ahora nombrado solamente como Serbia integraron el conjunto Serbia y Montenegro en la pasada cita del orbe. Entonces, constituyeron una sensación pues alcanzaron el tercer peldaño y superaron a elencos dominadores como Italia, campeón mundial en el 2002. Tras un año más de trabajo quizás las integrantes de esa plantilla adquirieron la estabilidad emocional requerida y, por lo tanto, la profundidad de un incalculable competidor.
Polonia, de la mano del italiano Marco Bonnita, obtuvo el sexto peldaño en el GP 2007. En la ciudad italiana de Regio Calabria, sede de aquella final, las polacas aprendieron a ser un tanto inmunes a las celadas tácticas. La invitación cursada por la FIVB para asistir al certamen asegura que ya están en condiciones de remontar los nuevos obstáculos, al estilo de las más curtidas jovencitas tras los fracasos amorosos.
Al igual que cualquier otro encuentro deportivo, la X Copa Mundial de Voleibol despierta controversias. Una de ellas es sobre el posible titular. La otra, se refiere al rendimiento que obtendrá el campeón.
El escenario del voleibol carece de un líder absoluto. China es el campeón olímpico de Atenas; ganó el GP del 2005; pero desde entonces no ha accedido a la cima de otros eventos relevantes.
Brasil dominó en los GP del 2004 y 2006. Cedió en la pasada justa universal y en los XV Juegos Deportivos Panamericanos.
Italia, campeón defensor en el 2006, no ha ganado ningún GP ni antes ni después de titularse.
La Rusia de Nikolai Karpol fue dos veces subcampeón olímpico. El del italiano Giovanni Caprara salió vencedor en la última lid del planeta. Desde el 2002 esa nación no triunfa en un GP.
Estados Unidos lideró el GP del 2001. Y aún la estratega Lang Ping, la china que ahora lo dirige, trabaja para conformar una formación robusta, de lujo.
Estas selecciones, junto a las mencionadas anteriormente, pueden sobresalir en esta versión copera. Empero, cualquiera sea la más encumbrada llegará con manchas en la casilla de las derrotas. Falta mucho tiempo para que un combinado de muchachas se adjudique el título en calidad de invicto; y muchísimo más para que logre ese palmarés por cuatro veces consecutivas, como las Espectaculares Morenas del Caribe. Ese mote es una leyenda porque responde —además— a un sostenido e inmaculado acceso a importantes cimas.
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