miércoles, 1 de agosto de 2007

Mano a mano con el GM Silvino García


Abelardo Oviedo

El rostro de Silvino García, el primer Gran Maestro tras el triunfo revolucionario de 1959, refleja alegría. Está muy satisfecho con el resultado del GM Leinier Domínguez en el Campeonato Mundial de Ajedrez, y con la trayectoria de otros Grandes Maestros y Maestros Internacionales. Está feliz por el cauce de su deporte en Cuba.
El Presidente de la Federación cubana dice reiteradamente una frase que la vida confirma: “Sembramos y tenemos una buena cosecha de ajedrez”.
Y es cierto, desde el llamado descubrimiento de Cuba en 1492 hasta 1959, el juego ciencia era una actividad casi clandestina. Tenía, y tiene, en José Raúl Capablanca, a su figura emblemática.
Hoy hasta en las montañas se realizan simultáneas, la nación posee doce Grandes Maestros casi treinta Maestros Internacionales, por sòlo ofrecer unos datos, y existe un programa de televisión (Universidad para Todos) en el que los mejores jugadores del país enseñan a los amantes de esa disciplina.
Silvino puntualiza: “Para hacer más debemos trabajar en igual o mayor, magnitud que hasta ahora. Tener GM jóvenes no es una meta. Pensamos en campeones mundiales, y para ello se requiere de una profunda proyección de trabajo”.
Fuera del tablero de ajedrez, y del quehacer como directivo, Silvino ofrece otras opiniones:

¿Qué hay de ajedrez en la vida y de la vida en el ajedrez?

“Todas las actividades del ser humano se reproducen como especializadas y universales. Todos sus comportamientos tienen repercusión social, histórica, íntima, emocional. Tú disfrutas el triunfo en una partida desde el ángulo técnico, por el apoyo de la afición y porque todos juegan un deporte que te apasiona y también favorece al desarrollo humano.”

¿Y cuántas veces has sentido miedo antes de empezar una partida?

“La gente ha hecho un mito del tema miedo. Existe, pero los hombres de coraje aprenden a luchar contra él. Esa es una virtud del ajedrecista. El hombre lo siente a cada instante y a veces no lo supera.
“Aprecio mucho a los GM Guillermito García, Lázaro Bruzón, Leinier Domínguez y otros, porque tienen valor y estabilidad emocional para enfrentar una partida. He visto a grandes competidores temblorosos en el momento de iniciar un encuentro.”

¿Se imagina usted sin mover los trebejos?

“No pienso dejar de mover los trebejos. Hay etapas para los ajedrecistas de cierto rango. Transitas por una fase en que pierdes capacidad; te adaptas a ella y juegas mejor porque lo hace por placer más que por obtener resultados. Por ejemplo, ganas una partida y eres feliz; pierdes diez y te olvidas de los percances. Eres un hombre que haces lo que te gusta. Eso sucede en cualquier esfera de la vida. Pavarotti podría estar entre esas personas.

¿Quisiera definir brevemente los nombres y hechos que le mencionaré?

“Sí”.

¿Capablanca?

“La autoridad en el ajedrez.”

¿Kasparov?

“Es una fuerza ciclónica caótica.”

¿Robert Fischer?

“Ajedrecísticamente , un caballero.”

¿Mijail Botvinik?

“Dejó un legado, lo que ningún otro hizo. Sembró mucho, hasta para los nuevos jugadores rusos.”
¿Boris Spasky?

“Un campeón del mundo poco relevante, visto en el tiempo.”

¿Tigran Petrosian?

“Un caso especial. Un estilo de jugar que nadie lo ha repetido.”

¿Bent Larsen?

“En una época fue una esperanza para derrotar a los rusos. Fue sólo una esperanza. Era audaz y agresivo en el juego.”

¿Che Ajedrecista?

“Es como decir la recuperación de los Juegos Deportivos de los Trabajadores, y en cuyo programa figure la disciplina. Y la inclusión del ajedrez en las actividades deportivas de otros organismos de masas del país.”

¿Juega dominó?

“No practico ningún otro juego de mesa.”

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