domingo, 4 de mayo de 2008

Erick escaló el desafío


Abelardo Oviedo
Foto Armando Hernández

Un hecho poco usual en el planeta se produjo este fin de semana en la mayor isla de las Antillas. Mientras al oeste de la capital Erick Hernández intentaba una plusmarca válida para el libro Güinnes; el tabaquero José Castelar Cairo hacía lo mismo en la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña, instalación ubicada al este de la ciudad, al pretender confeccionar un puro de 25 metros de largo.

De nuevo en el salón El Pirata del Club Habana el moreno oriundo de la barriada capitalina del Cerro dejó su huella, tras golpear la pelota ADIDAS desde la posición de sentado durante 2 horas 44 minutos y 50 segundos, un minuto y dos segundos mejor que la cota alcanzada en octubre del pasado año en la ciudad española de Bilbao.

Así confirmó su entrega a la disciplina ante la fiscalización de la señora Caitlin Jones, jefa de misión adjunta de la embajada de Gran Bretaña en La Habana; Abilio Pérez, presidente de la comisión de arbitraje de la Asociación de Fútbol de Cuba; Orestes Michel, árbitro internacional FIFA y Juan Antonio Lotina, director de la Escuela Nacional de Fútbol.

“Todo evento en el Caribe está acompañado por la música”, suelen decir también los estudiosos de nuestra región. Cuando a las 10,08 minutos de la mañana el hombre con el patronímico de un afamado guerrero empezó el camino hacia la proeza, en el recinto se escucharon los compases de temas mundialmente conocidos.

Y como es habitual, a partir de ese momento su equipo de trabajo conformado por su hermano Douglas y el kinesiólogo MSC Jorge Velásquez iniciaron la vigilia pertinente sobre el curso de la actuación.

Luego de dos horas de ajetreo, el cansancio afloró en la anatomía del recordista y, como en otras ocasiones, apeló a la voluntad que le proporciona la paradigmática frase que le dijo su entrañable cuando le entregó el batón: “Deja la modalidad cuando no puedas hacer lo que desees con la pelota”.

El público comenzó las especulaciones tan pronto el árbitro Pérez sonó el silbato para anunciar la igualada del límite anterior. Luego, los asistentes de Erick le indicaron concluir la realización. Inmediatamente, se produjo una espontánea ovación, como saludo al papá del chico de siete años (Erick Ronaldo) que le dice a su progenitor “Mijo”.

Durante el tiempo en la escena Erick dominó la esférica en 21 mil 648 oportunidades; su frecuencia fue 132 por minutos. El árbitro Pérez consideró ese rendimiento como de nivel galáctico. Y aseveró: “Es sumamente difícil mantener el ritmo desde esa posición porque es muy agotadora.

“En los últimos minutos descendió un tanto la frecuencia de toques en el instante que cambiaba de una pierna a la otra. Esa situación puso en peligro su desempeño. Pero entonces demostró su excelente capacidad psicológica y salvó el obstáculo de manera casi imperceptible para los asistentes a la demostración”.

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